La réplica de esta conocida moneda griega se llama decadracma, la original fue encontrada en Sicilia. Este tipo de moneda, los decadracmas, son de las más bonitas y reconocidas de la antigüedad y que fueron acuñadas por Dionisio I de Siracusa (405-367 a.C).
Los decadracmas eran de plata y llegó a servir no sólo como cambio monetario si no como objeto de colección.
Representa en su anverso a la ninfa Aretusa, hija del dios fluvial Arcadio y famosa cazadora, en su reverso, un joven Heracles desnudo, lucha contra el león de Nemea. La cara de Aretusa fue da las más apreciadas de la antigüedad, por toda la cuenca del Mediterráneo se realizaron acuñaciones con su cara.